martes, 14 de junio de 2011

Los Lagos de Covadonga by Pedro Cano

Otra vez aquí, esta vez quiero haceros participes de la ascensión a los Lagos de Covadonga. Una llegada de etapa clásica entre las clásicas, desde que Bernard Hinault la comparó con la etapa gala de Alpe d’Huez, sin querer mostrar un exceso de ardor patriótico ni llevar la contraria a este magnifico ciclista galo, puedo decir que la belleza de este lugar es incomparable.
Paso a relatar la ascensión a este mítico puerto. Al levantarme el domingo y fortalecida la moral al haber subido L’Anglirú (se me ponen los pelos como escarpias, solo de hablar de él), decido partir hacia Cangas de Onís, dejar el coche en el parking de este bello pueblo y comenzar mi periplo hacia los Lagos. Desde Cangas hasta el santuario de Covadonga habrá aprox. 7 km., pero “picando” hacia arriba, son kilómetros fáciles pero que al final te acuerdas de ellos. Llegado al santuario empezamos la subida y nos encomendamos, vamos ascendiendo, ascendien.., ascendi...., ascen......, asc........, a.........., y alzo la vista y me encuentro una subida un tanto interesante;
Pregunto a un autobusero que estaba reparando su medio de trabajo;
- Buenas caballero! Esto es la HUESERA?.
Y me contesta;
- Si, pero es el principio.
Que simpático (pienso para mí), pero solo le pedí una confirmación no tanta información adicional.
La “huesera”, será porque como no andes fino puedes dar con los huesos en el suelo. ¡Puede ser!, Nadie supo explicármelo. Seguimos subiendo (pero que largo se me estaba haciendo) y llegamos al mirador de la reina, en el cual veo a mucha gente y pienso he “coronao”. ¡Pues no!! Faltan 4 km.
Lo peor a parte del “poco” desnivel, una gran cantidad de coches y autobuses que me tenían “intimidao”.
Al fin corono y me encuentro a mis pies el lago Enol (de origen glaciar). Pienso, que ha merecido la pena y que soy un privilegiado de poder contemplar esta maravilla de la naturaleza (no me refiero a ninguna excursionista). Pregunto y me doy cuenta que el ascenso está incompleto, me falta el lago Ercina, sin más pongo rumbo a el sin mayor dificultad y otra vez con la boca abierta y las moscas entrando, IMPRESIONANTE.
Me quito el casco, me siento y me como 2 barritas, mirando los Picos de Europa nevados y me acuerdo de mi Juan Pedro, mi rizos y le dedico esta subida, pues, sin EL me hubiera bajado en la huesera sin ningún remordimiento (mira las fotos.¡Pequeño! y sabrás cuales son para ti).
Esta es la 1ª parte, 1:45 horas de subida, la 2ª parte es otra historia, 1:10 horas de bajada, con parada en el Santuario de Covadonga. Eso sí, en la bajada me vengué de todos los coches y autobuses que tuvieron la osadía de adelantarme en la ascensión (70 km/h). Y como curiosidad, contaros, que en el Santuario de Covadonga coincidí con una peña ciclista de Tenerife. ¡Si de Tenerife!. Señores las palabras sobran, apliquémonos el cuento.

Esta es la vivencia de un cicloturista con la mandibula desencajada de contemplar esta “ASTURIAS”, de subidas infinitas y parajes inenarrables.

1 comentario:

roller masters dijo...

Precioso lugar. Yo estuve hace años y merece la pena. Lo que no me gustó fue la masificación.....autobuses, coches, colas en la tienda de souvenirs, etc.

Prepárate que para reyes puede caer la de carretera....ahí queda eso.